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Proceso de duelo o transición de un niño/a trans en el seno del hogar

Cuando un niño o una niña revela a su familia que es una persona trans, ya ha realizado todo un proceso interno de evaluación de la situación, probablemente en secreto durante mucho tiempo, que le lleva a la necesidad de hacerlo visible, compartirlo y buscar ayuda en el entorno que le cuida y le quiere: su familia.

Desde ese momento muchas familias se centran en una búsqueda incesante de información y recursos que les permita abordar de forma adecuada dicha realidad, con el fin de que el menor/adolescente pueda acceder al acompañamiento profesional que pueda necesitar, y por tanto evitar cualquier tipo de consecuencia para su salud física y mental.

Pero no debemos olvidar que, desde ese momento de revelación a las familias en las cuales uno de sus miembros es una persona transexual/transgénero, comienza un proceso paralelo al de los menores al que hay que dedicarle una gran atención: El proceso de aceptación y vivencia de esta realidad por parte de los propios progenitores de los menores y adolescentes trans

Es por esto que hay que tener en cuenta una serie de emociones, pensamientos y mitos que muchos papás y mamás suelen experimentar a la hora de enfrentar esta noticia. Muchas familias refieren haber vivido alguna de los siguientes procesos:

• Culpa y responsabilidad: Algunos padres y madres, en las etapas iniciales del proceso de aceptación de la identidad de género de sus hijos, pueden sentir que son los responsables de su transexualidad. Sentirse “culpables” de esa situación. Estos pensamientos invitan a tener un sentimiento de culpa difícil de gestionar y que no se traduce en un mayor bienestar para el niño o niña ni sus padres. Es importante para los padres poder comprender que ellos no tienen ninguna responsabilidad ni culpa en cuál es la identidad de género de sus hijos. Comenzar a liberarse de esta culpa puede ser un proceso sanador tanto para los padres, como para los hijos quienes ganan autonomía sobre sus propias identidades sin culpas ni miedos. Escuchar historias de otras personas trans en distintos estadios de la vida puede resultar muy positivo en esta etapa.

• La visibilidad con el resto de la familia y entorno.
Para muchos progenitores tampoco es fácil hablar de esta situación con otros familiares o amigos.
Muchas veces viven esta situación como un secreto que no saben si compartir con los demás ante el miedo a las reacciones de éstos, o a que cambien la percepción que tienen de ellos mismos o de sus hijos. Es importante para los padres poder buscar ayuda y apoyo profesional para poder gestionar las emociones que les provoca esta situación, ya que ser padre o madre de una persona trans es una identidad propia que también lleva asociado un proceso de aceptación.

• Miedo a ser juzgados:
Desde el momento en el que el hijo/a trans de una familia comienza a ser visible, sus progenitores pueden verse enfrentados a un juicio social producto de su decisión. Muchas personas, desde fuera, evaluarán a la ligera la situación y a los padres. Esto muchas veces cristaliza en críticas y comentarios negativos por parte de los demás e incluso en la pérdida de amistades. Es lógico que tras experiencias como éstas, las familias que las sufren tengan miedo a ser juzgados por los demás. Es por ello fundamental que los padres y madres puedan abastecerse de herramientas que les ayuden a afrontar la transfobia social y los prejuicios que pueden encontrarse en los demás. Poder vislumbrar que ni ellos ni sus hijos/as tienen un problema, que el problema es la transfobia de los otros, y que su decisión es la adecuada en tanto le brinda felicidad a su hijo o hija.


• Miedo ante la discriminación:

Aunque las cifras sobre discriminación social y riesgo de exclusión social que muestran los estudios son innegables, hay algunas veces en que éstas expectativas de la posible discriminación que van a sufrir sean mucho mayores de las que probablemente vaya a experimentar realmente el/la menor. Nuestras ideaciones de futuro normalmente pueden estar deformadas por los miedos irracionales y la desinformación. Es por esto que las familias deben hacer un esfuerzo por mejorar la información que manejan sobre la amplia diversidad de realidades que se agrupan bajo paraguas de las identidades trans, existiendo muchas historias de personas trans felices, exitosas e integradas a la vida social. Nuevamente puede resultar sanador conocer historias de otras personas trans y sus familias.

• Procesos de duelo.
El duelo es un proceso de adaptación que requiere nuestro cerebro para adecuar nuestras emociones a los cambios importantes que suceden en nuestra vida. Muchos padres y madres manifiestan que de alguna forma han tenido que elaborar este proceso tras enterarse de la transexualidad de su hijo/a. Los duelos habitualmente están relacionados con las pérdidas de personas cercanas, y muchos padres y madres de personas trans* manifiestan haber sentido que de alguna forma su hijo o hija anterior a la transición ya no estaba.

Es muy habitual que los familiares afronten un duelo relacionado con el cambio de las expectativas que se habían conformado en su mente respecto a como sería el futuro de sus hijos/as, que evidentemente ya nunca será como habían imaginado. A todo esto se suma además esa sensación de echar de menos a aquel/aquella persona que ya no está (de la misma manera).

Los padres no deben sentirse culpables por vivir un duelo por el hijo o hija perdida, es un proceso absolutamente normal y sano. En muchos casos los duelos los resolvemos por nuestros propios medios, pero en el caso de que se alarguen demasiado es importante recurrir a profesionales.

Nadie es un súper papá o una súper mamá que pueda evitar todas las dificultades que afrontan sus hijos/as. Los progenitores tan sólo pueden hacer lo que está en sus manos para acompañarles y hacérselo más fácil. No deben castigarse a sí mismos por el hecho de que en ocasiones sigáis echando de menos a ese hijo/a que ahora no está porque ha transitado. Es algo muy habitual entre madres y padres de niños y adolescentes trans. Forma parte de el proceso de aceptación de la identidad de género de mi hijo/a y como tal deben asumirlo sin sentirme culpable por ello.

No pasa nada si te ha costado, o si te sigue costando cerrar alguna heridas o sentir que ya has superado ésta situación. Hay que tener en cuenta que es un proceso, y que cada persona necesita un tiempo para ir avanzando por él. Además tienes que saber que si no puedes afrontarlo por tus propios medios siempre puedes recurrir a profesionales psicosociales que te ayudarán a superarlo.

Pero lo importante es que vuestros hijos e hijas sientan ese amor incondicional, que sepan que aunque os haya costado, u os esté costando en la actualidad estáis haciendo todo lo que está en vuestras manos para lograr aceptarlo completamente y asumirlo con normalidad.

FUENTE:
Isidro García Nieto; publicado en Facebook Familias con Menores y Adolescentes Transexuales

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